UN PANEGÍRICO  A  LOS  BUENOS  LIBREROS  “LA  PEQUEÑA  LIBRERÍA  DE  STEFAN ZWEIG”

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 Por Ángel García Prieto 

La pequeña librería de Stefan Zweig es una también pequeña novela, escrita con un estilo muy sencillo, que se basa en la anécdota histórica de la presencia del famoso escritor austriaco en las calles de Vigo el día 10 de agosto de 1936, cuando aquella ciudad comenzaba a considerase una población de retaguardia en la España “nacional” de la guerra civil, recién comenzada. Stefan Zweig viajaba con su esposa en el transatlántico Alcántara, que había partido de Inglaterra y hacía una escala técnica de unas horas en su viaje a Brasil. En su callejeo por la ciudad gallega entra en una librería y comienza a charlar con su propietario, Ramón, sobre libros, la situación política que comenzaba a plantear el nazismo, la guerra española y la situación de Europa. Se alargan y llegan a entablar una relación de amistad, que se mantendrá hasta la muerte del escritor, seis años más tarde. Ramón un día cuenta pormenorizadamente a sus nietos aquellas conversaciones de la librería y surge este relato.

Su autor, Francisco Uría, es un alicantino, doctor en Derecho, Abogado de Estado-excedente que ha ocupado cargos importantes en la administración pública española, en la Asociación de la Banca y desde 2010 forma parte de la corporación internacional KPMG para el desarrollo económico. Es autor de publicaciones en el ámbito financiero y esta pequeña obra es su primera publicación literaria.

En la historia de La pequeña librería de Stefan Zweig caben muchas consideraciones sobre la literatura, los libreros y los autores, las guerras, la política, las ideologías y los sentimientos y anhelos de unos y otros. Siempre en un tono que intenta conciliar, buscar la esperanza, aunque no se esconde la tensión y lo dramático de una situación, en la que la guerra mundial en ciernes y el suicido del escritor son algunos de los hilos principales que forman el tapiz de la novela.

La trama está bien urdida, los pocos personajes que la viven son creíbles y la ambientación conseguida. Se mantiene una tensión narrativa en todo momento y la sencillez de la narración es casi proverbial. En definitiva, una novela interesante, que vale la pena y que es además un panegírico a los buenos autores y a los buenos libreros.

 

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