Especulación, de Thomas Wolfe. Por Alfonso López Alfonso. 29/12/2013.

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Eterno retorno

Especulación, de Thomas Wolfe

(Periférica, Cáceres, 2013) 

Por Alfonso López Alfonso

 

A comienzos de julio de 1929 un profesor universitario regresa a casa atravesando los Estados Unidos en tren para encontrarse con que su pueblo ha caído de lleno en la locura inmobiliaria colectiva que azota el país. Hasta algunos de sus parientes, entre los que se encuentra su propia madre, especulan sobre lo que podrán ganar comprando a tiempo y vendiendo pronto. Thomas Wolfe (1900-1938) uno de los integrantes de la portentosa generación que publicó en la revista The American Mercury, de H. L. Mecken, léase los Ernest Hemingway, William Saroyan, John Fante o John Steinbeck, salpica esta breve novela -publicada por primera vez en esa revista- de su característico lirismo y de algunos elementos autobiográficos —como al propio Wolfe, a John, el personaje principal, se le han muerto algunos hermanos—. Leerla en las circunstancias actuales de derrumbe económico, tras el estruendoso pinchazo inmobiliario que siguió a la locura del crédito blando, proporciona cierta sensación de bucle. Y si no vean el panorama que John describe al llegar al pueblo, de cuyas gentes cree que se ha apoderado una oleada de energía destructiva:

«Habían despilfarrado fabulosas sumas en calles inútiles y puentes, habían derribado los antiguos edificios públicos, el juzgado y el ayuntamiento, para levantar otros nuevos de quince plantas de alto y lo bastante grandes para satisfacer las necesidades de una ciudad de un millón de habitantes; habían aplanado las colinas y perforado las montañas construyendo magníficos túneles pavimentados, con dos carriles para los coches y relucientes ladrillos; túneles que desembocaban en la mismísima Arcadia de la vida salvaje. Era algo loco, exasperante, ruinoso. Habían derrochado las ganancias de toda una vida para hipotecar las de toda la generación venidera; se habían arruinado a sí mismos, a sus hijos, a su ciudad y nada podría detenerlos».

Creo que no hace falta decir absolutamente nada del paralelismo con una situación que nos resulta demasiado familiar, pero aún así dejemos que lo haga Thomas Wolfe:

«Los barberos, los abogados, los fruteros, los carniceros, los constructores y los sastres, todos estaban comprometidos en un único interés, todos compartían la misma obsesión. Y no parecía haber más que una sola regla, una ley preponderante e infalible: comprar, siempre comprar, pagar cualquier precio que se pidiera y vender de nuevo a los dos días al precio que uno decidiera fijar».

Especulación es una novela lírica y emocionante preñada de la prosa elegíaca de Wolfe, quien sabiéndolo o sin saberlo nos habla del eterno retorno: «Lo único que sabía era que los años corren como el agua y que un buen día los hombres vuelven a casa». John vuelve a casa y acompaña a su madre y su hermano Lee al cementerio, donde está enterrada parte de su estirpe. Curiosamente ese cementerio es la única porción de tierra en todo el pueblo preservada de la invasión de los agentes inmobiliarios. Hay cosas que no cambian, que vuelven una y otra vez, haciendo que nos bañemos dos veces en el mismo río, o al menos en las mismas aguas putrefactas. El mundo que describe Wolfe unos pocos meses antes del martes negro de octubre de 1929 parece una foto fija del que nosotros conocimos hasta el desmoronamiento de 2008.  

 

Alfonso López Alfonso es historiador y escritor.

 

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