En el camino (Na putu): Amor, religión, libertad. Por José Havel (28/01/2011)

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La azafata de vuelo Luna (Zrinka Cvitešić, adorable) y el controlador aéreo Amar (Leon Lučev) son una joven pareja de Sarajevo que intenta sobreponerse a los problemas que amenazan su relación. Ambos se aman e intentan tener por todos los medios un hijo que se les resiste. No ayuda que Amar beba más de la cuenta. Además, esa querencia suya por la bebida le cuesta el puesto de trabajo. Las heridas de la guerra aún no han cicatrizado del todo: el dolor y el vacío por la pérdida de seres queridos persisten.

La anestesia del alcohol deja paso al refugio de la religión al cruzarse Amar con un viejo camarada del ejército convertido al Wahabismo, secta musulmana fundamentalista, que le consigue un nuevo trabajo en un bucólico y aislado campamento salafista. Allí, bajo vigilancia constante, se vive igual que siglos atrás; allí, los hombres rehúsan dar la mano a las mujeres y éstas visten preceptivos ropajes negros que las cubren casi por completo. La pareja protagonista comienza a distanciarse, moral y físicamente, cuando Amar, curado de su dipsomanía, abraza el integrismo. Para él las leyes de Dios y el amor hacia éste están ahora por encima de cualquier otra ley (defensa de la poligamia y del matrimonio con muchachas menores en edad escolar), de cualquier otro amor (la vulneración de la libertad ajena en razón de la fanática observancia de los preceptos sagrados). Luna, encarnación perfecta de la modernidad y de la juventud renaciente de las cenizas de la dolorida Sarajevo, alguien que sí ha logrado hallar un camino en el presente poniendo al traumático pasado bélico en su sitio, intentará rescatarlo del ciego fundamentalismo.

Ahora editada en DVD por Cameo, En el camino (Na putu, 2010), segundo largometraje de la realizadora Jasmila Žbanić —tras Grbavica, el secreto de Esma, Oso de Oro en Berlín 2006—, es una tan compleja como tensa radiografía de la sociedad bosnia actual, mayoritariamente de confesión musulmana, que nos recuerda que, aunque los medios de comunicación hayan asociado salafistas con terrorismo, es inexacto tildar de terroristas a todos los musulmanes ortodoxos. Es más, como bien puede verse en este respetuoso filme, el Salafismo (también llamado Wahabismo), movimiento propugnador de un seguimiento del Islam según su purismo originario al margen de toda revisión innovadora, es objeto de dura crítica dentro del propio mundo musulmán, por su interpretación demasiado estrecha y literal de los textos religiosos, en especial del Corán y de la Sunnah. Una obra muy recomendable, afanada en evitar (si bien no siempre con total éxito) generalizaciones banales y esquematismos reductores.

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