La nueva entrega de la mítica saga de Star Trek, dirigida por el creador de las series Alias y Lost, J.J. Abrams, cuenta cómo se conocieron el capitan Kirk (Chris Pine) y Spock (Zachary Quinto, el malvado Sylar de la televisiva Heroes). Todo está preparado para el viaje inaugural de la nave más moderna jamás creada: la USS Enterprise. Su joven tripulación tiene una importante misión: encontrar una manera de detener al malvado Nero (Eric Bana), que movido por la venganza amenaza a toda la humanidad…
Retorno a las fuentes en busca de los orígenes. Más que para llevar la Enterprise hacia fronteras nuevas, Abrams retoma los mandos del western estelar trekkie para hacer el relato de sus comienzos. En realidad, no hay nada de sorprendente en ello. Strak Trek 2009 comparte con no pocas franquicias fantásticas con solera la obsesión por los “origins”, por el “beginning” (sin ir muy lejos, véase el spin-off, también en cartel, X-Men Orígenes: Lobezno). Una inteligente manera de conciliar a los fans de toda la vida con otros (los demás) espectadores. Así, unos pueden disfrutar casi como arqueólogos, yendo al hallazgo de los moldes de donde se obtuvieron los personajes, y otros encuentran una puerta de entrada a la iniciación en la mitología correspondiente, retomándola enteramente, pues, desde el inicio.
En este sentido, Star Trek funciona a las mil maravillas desde su premisa de partida (el modelado inicial tanto de Kirk y Spock como de su relación personal), simple pero de una eficacia narrativa incluso plástica. El retorno a los orígenes es igualmente un regreso al relato a secas, a veces con una exposición espléndida, como sucede en el nacimiento de Kirk, en medio de la catástrofe, mientras que el padre se sacrifica. Star Trek reconcilia al público con la eficacia perdida del blockbuster, Abrams confirma su talento de artesano neoclásico.
STAR TREK. EE UU, 2009. Dirección: J.J. Abrams. Interpretación: Chris Pine, Zachary Quinto, Eric Bana, Zoë Saldana… Duración:125 minutos.