Valkiria: Suspenso en suspense. Por José Havel. 24/02/2009

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De Sospechosos habituales (1995), estrenada hace ya catorce años, recordamos sobre todo el ritmo escalofriante de una narración implacable de especial brillantez. Bryan Singer intenta desplegar las mismas cualidades para relatar el fallido complot de un grupo de oficiales de la Wehrmacht contra Adolf Hitler el 20 de julio de 1944, con Claus von Stauffenberg, coronel irreprochable de la campaña de África del Norte en 1943 –durante la que perdió un ojo y una mano—, como principal cabeza visible del plan, bautizado Operación Valkiria. La curiosidad con relación a este proyecto era no poca. Se esperaba a un mismo tiempo la resurrección de Tom Cruise de entre sus propias cenizas y el regreso de Synger como realizador superdotado tras la decepción de Superman Returns (2006).
Valkiria no defrauda, tampoco colma las expectivas: ni fracasa ni triunfa del todo en su deseo de ser, más que un encadenamiento de espectaculares escenas de acción, un palpitante filme de espionaje, un thriller psicológico alrededor de los militares que decidieron asesinar a Hitler, movidos por un patriotismo acendrado, la ambición personal o bien el hastío hacia un lider que abandonaba a sus soldados, esclavizaba a millones de personas en fábricas  y exterminaba judíos indolentemente. El régimen nazi se había convertido en el enemigo absoluto del mundo libre, pero también de Alemania.
            Es innegable el interés del largometraje en tanto que lleva al cine una faceta de la guerra poco conocida para el gran público, centrándose más en los hombres que en la acción, sacando lo mejor de todos y cada uno de los actores. Tom Cruise logra con éxito una actuación verdaderamente fisica, tal es su semejanza con el referente histórico cuando hace suya la mutilada figura de Stauffenberg, a fin de alumbrar un personaje potente, determinado, carismático. Kenneth Branagh no le va a la zaga, como Von Tresckow, en una composición ribeteada por una negrura shakespeareana. Tampoco Terence Stamp, cuyo general Beck se beneficia de su indefinible elegancia sin parangón. Igualmente interesa la mostración de que mucha gente estaba, de hecho, al corriente del complot, aunque en situación de espera, sin apoyarla definitivamente ni denunciarla a las autoridades pertinentes. Tal vez sea éste unos de los aspectos más valorables en el haber de la película.
La pega que puede achacarse a Valkiria es que descansa sobre un principio de suspense en torno a un suceso del que se sabe el desenlace (obviamente, el Führer no perdió la vida en el atentado), contando la jugada desesperada de unos hombres que, en jaque, recurren a la desinformación sobre la muerte de Hitler para no perder la iniciativa en su plan. Ello es lo que hace que se pierda buena parte del paroxismo esencial de la propuesta. En contrapartida, Singer se muestra como un buen narrador que sabe dotar de la claridad  necesaria a cosas tan complejas como la Operación Valkiria, una conspiración con ramificaciones diversas.
 
 
VALKIRIA (Valkyrie). EE UU, 2008. Dirección: Bryan Singer. Guión: Christopher McQuarrie y Nathan Alexander. Fotografía: Newton Thomas Sigel. Música: John Ottman. Montaje: John Ottman. Intérpretes: Tom Cruise (Claus Von Stauffenberg), Kenneth Branagh (Henning Von Tresckow), Bill Nighy (Friedrich Olbricht), Tom Wilkinson (Friedrich Fromm), Carice Van Houten (Nina Von Stauffenberg), Terence Stamp (Ludwig Beck)… Duración: 120 minutos.

 

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