“Arena y lava, lava de volcán sereno, mi reino/ doscientos kilómetros cuadrados de silencio”, como buen poeta, David Fueyo (Oviedo, 1979) acota un territorio en su libro Cuaderno de Fuerteventura, publicado en la red en esta misma página en la colección Minimal. Una publicación que se defiende con literatura humana y transparente de un autor que ofrece una visión de la isla canaria como un intenso parpadeo de un flagrante viaje que concuerda en experiencias y recuerdos que impactan como un avión levantando el vuelo. David Fueyo promete en el futuro renglones de alta calidad literaria velados en lo que depare el momento con buen gusto por el arte inapelable: “el verso era sencillo/ pero busqué una duna para dejarlo escrito”.
—¿Qué le hizo pensar que Fuerteventura merecía un libro?
Fuerteventura ya tiene varios libros, sobre todo turísticos, descriptivos o como escenario de una historia. Mi pretensión era transmitir las sensaciones que este lugar despierta en mí desde el punto de vista de quien contrasta esa paz, ese silencio y esa inmensidad en alguien cuya vida cotidiana está repleta de ruido y de gente. Fuerteventura me hizo sentir pequeño y, de alguna u otra forma, lo que quería era transmitirlo. Además considero que la isla no ha sido del todo bien tratada por la literatura. Aparte de los típicos folletines turísticos, Unamuno dijo de ella que era la más desafortunada de las islas afortunadas. Vázquez-Figueroa desarrolla con la isla como un escenario una novela donde creo que no se transmite esa sensación de majestuosidad ante la vista de un extraño, lo cual pretendo con este poemario. Mi cuaderno es la visión de un turista que se aleja de su entorno para sumergirse en otro totalmente distinto a aquel en el que sus actos cobran sentido. El cuaderno es un poemario de contraste, una alabanza no sólo al paisaje, sino a lo que uno siente cuando va allí a perderse y lo consigue.
—Intenta mostrar en los versos el exotismo de los parajes…
El exotismo de los parajes para quien no está acostumbrado a ellos. La continua sorpresa que es su visita, el empaparse de su silencio y verla como un lugar inabarcable. Fuerteventura no es indiferente para nadie.
— ¿Es el viaje una fuente inagotable de literatura?
“Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría”, dice el proverbio árabe y creo que es así. Un mismo viaje puede totalmente diferente según quien lo viva, según su estado de ánimo o según sea aquello que le ha llevado a viajar. Considero que en cada viaje nos llenamos más de sabiduría, de experiencias que contar. Ciertamente lo que sí pienso es que quien posee inquietudes artísticas en general ve sus viajes de diferente forma a quien carece de ellas. Yo veo cada viaje como una fuente incomparable de inspiración.
—¿Cura o hiere la poesía?
Cura cuando estás herido y hiere cuando uno así lo desea. La poesía es un veneno como dice nuestro amigo Gerardo Lombardero, y qué razón tiene. Un veneno a veces dulce, por el inmenso placer que puede conllevar una buena lectura o culminar un buen poema. También puede ser un veneno muy amargo e hiriente cuando las cosas no salen como queremos o cuando aquella lectura en la que has depositado tus esperanzas te defrauda.
—Sus creaciones están repletas de referencias literarias y musicales, ¿es una contaminación pura?
Es pura y necesaria. Yo no soy yo sin mi música, mis libros y sin el cine que he visto. Yo considero estas tres artes como un todo y son ellas tres los pilares básicos que construyen mi forma de entender el mundo y como tales condicionan mi lenguaje. No me he sentido el mismo después de leer determinados libros, conocer ciertas canciones o haber visto alguna película. Mi lenguaje no es de tipo constructor, sino que soy yo mismo, el que ahora te habla, el que también escribe. Mientras hablamos pienso en referencias de este tipo. De camino venía escuchando un buen tema de Rock. Toda esa fuerza es normal que se transmita.
—El libro está publicado en Internet donde tiene también el blog www.heladodemorfina.blogspot.com ¿Es la red el escaparate del presente y futuro para los escritores?
Sí, es el presente y el futuro para una generación a la que se nos está poniendo muy difícil nuestra conquista del papel. Creo que hemos de comenzar a concebir la literatura como tal independientemente del formato en el que se presente. Le echan la culpa a la situación económica de que muchos jóvenes valores continúen inéditos y no es así. En épocas de crisis es cuando la imaginación y la creatividad han de mostrarse más beligerantes. Yo no espero más de mi trabajo que seguir sintiendo lo que siento cuando escribo y poder transmitirlo cuando alguien tiene oportunidad de leerlo. El resto de factores son meramente secundarios. Para un escritor novel como yo sí que la red es nuestro presente; sobre el futuro no podría hablarte, pero he se suponer que los blogs y publicaciones únicamente en formatos digitales son tan solo el comienzo de algo.
—Ha publicado dos cananas: Onírica y Platónica, y coordina el fanzine literario Letra y Puñal, ¿Hay vida al margen de los círculos culturales oficiales?
Sin duda que hay vida fuera de estos círculos oficiales, y es esa maraña de artistas fuera de ellos la que tiene todo el futuro en sus manos, y no quienes tranquilamente otean el amasijo cultural de hoy en día desde su poltrona. Cada vez hay más jóvenes que prefieren lecturas alternativas antes que determinados medios que permanecen inmóviles ante la realidad que les rodea en el mundo de la cultura. Está claro que lo que estos círculos consideran cultura va interesándole cada vez a menos gente. Si quiero leer una buena publicación cultural me leo el Letra y Puñal o si quiero conocer la obra de algún escritor joven me leeré alguna de sus cananas o plaquettes. No es un paso atrás no comenzar publicando en una gran editorial, sino que es una alternativa entre dar vida a lo que creamos o esperar a que a alguna editorial le cuadren los números para arriesgarse a publicar. Pienso incluso que una canana bien distribuida puede llegar a más gente que un libro editado pero con una mala distribución, lo cual suele ser bastante común en el panorama literario actual.