Entrevista a David Fueyo

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Nací en Oviedo en 1979. Aprendí a leer y a escribir con Federico García Lorca sobre  una mesa de mármol en una casa de un pueblo de Quirós. Me enseñaron a tratar los libros como si fueran tesoros. Una vez recibí como regalo de cumpleaños un diario. Mi habitación miraba al oeste, y el ver todas las tardes al sol ocultándose hizo de mí que fuese poeta. He escrito varios poemarios, artículos, cuentos y reseñas. Coordino la revista de literatura infantil y juvenil “Platero”.

 1: ¿Crees que los escritores deben estar unidos en algún tipo de asociación?

A pesar de que la profesión de escribir es un acto íntimo y solitario, en ocasiones es necesario interactuar con otros profesionales para enriquecer nuestra labor y potenciar el respeto de nuestros derechos. Los escritores somos individualistas, cuando no ególatras, por definición, por lo que disponer de una asociación que nos agrupe y que dinamice una serie de actividades contando con todos nosotros es un auténtico lujo que debemos procurar mantener.

2: ¿Cómo ves el panorama literario en España?

Hay una gran diversidad de títulos publicados al año y, en teoría, somos un país lector. Sin embargo veo que hay determinados intereses que mueven el mercado a su antojo. Tan solo hay que pasear por los expositores de librerías o ferias del libro y ver los espacios cómo están distribuidos y las temáticas de moda cada año. Aun así es normal que el escritor vaya también de la mano del mercado porque la mano que nos da de comer. No obstante el lector experimentado es sibarita y distingue la buena literatura del mero producto publicitario. Quizás el mayor problema que veo en el panorama español es que no se cuenta ni con los autores ni con sus obras como tales, sino como productos.

3: ¿Y en Asturias?

De forma muy parecida a cómo he comentado sobre el panorama nacional. Yo compro mucha literatura asturiana y hay un gran nivel. También hay editoriales que lo están haciendo muy bien con productos de calidad en la forma y en el fondo. Tenemos punch y calidad.

4: ¿Qué medidas deberían tomar las autoridades para fomentar la lectura?

Con una simple búsqueda en internet podemos encontrar el Plan de Fomento de la Lectura 2017-2020. Un precioso documento muy bien maquetado y presentado con un montón de buenas intenciones y premisas a cumplir que desgraciadamente no veo por ningún lado en la realidad. En ocasiones da la sensación de que su única aportación es intervenir en el mercado, a su antojo, inyectando dinero y no solo ha de ser eso. El fomento de la lectura es un proceso largo que comienza en los colegios dotando de formación a los bibliotecarios escolares, una formación inexistente en la actualidad. Tampoco hay coordinación entre diferentes centros educativos ni un plan común de fomento lector para niños y niñas más allá de las pinceladas que se dieron hace más de una década para elaborar los Planes de Lectura, Escritura e Investigación, otro documento repleto de buenas intenciones que casi nadie ha leído ni aplicado.

En definitiva, si se ayudase a cumplir en la realidad los propios planes que se elaboran el panorama lector, escritor e investigador mejoraría notablemente en pocos años.

5: Recomiéndanos algún libro tuyo.

Tengo especial cariño a “Cuaderno de Fuerteventura”, mi primera publicación gracias a la Asociación de Escritores de Asturias y que está disponible en abierto en la web. Narra en verso un verano perdido en aquella isla de lava, arena y viento. Vuelvo a este poemario de vez en cuando y me sorprendo de haber sido yo mismo quien lo ha escrito.

También quisiera recomendar el último que he publicado por su complejidad y flow basado en el jazz y el blues. Se llama “Gin contra mala suerte” y en sus páginas hay poemas que hablan de la fuerza de los jóvenes desfavorecidos que ven en el jazz su única esperanza, de su éxito, de su decadencia, de sus pecados y su arrepentimiento. Hay diversos personajes reconocibles que se cruzan entre sí, interaccionan y dejan su huella en los otros. También le he dado muchísima relevancia al ritmo, pues es un poemario sobre un género musical concreto en el que los tiempos son fundamentales. En definitiva, es el poemario en el que intenté llevar a cabo más a rajatabla aquello que decía Eliot de que la poesía son las palabras más adecuadas en adecuado orden.

 

 

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