Alejandro Arzayus García nace el 4 de diciembre de 1.986 en Bogotá, Colombia, en el seno de una familia de clase media. A los 14 años emigra para España, a la región de Asturias, donde reside actualmente. Cursó estudios universitarios y de postgrado en la universidad de Oviedo. Amante del cine de autor, del arte urbano, de la pintura, del realismo sucio y sobre todo de la poesía, siendo gran aficionado a la poesía social y a los poetas malditos. Ha publicado el libro de poemas La catarsis de un bufón sin nombre, editorial SELEER, año 2.013.
A Alejandro Arzayus lo conocí en un bar mientras presentaba su libro que os recomiendo encarecidamente, a mí por lo menos la solapa ya me parece muy molona. De apellido vasco, este mastuerzo aboga por el RH + y el JB con hielo. Dueño de una cara de no haber roto un plato yo que tú no le dejaría una vajilla a mano.
¿Se escribe para follar?
Nunca lo había visto de ese modo. Yo creo que en realidad se escribe pese a no follar. He de decir que nunca me ha parecido que la gente encuentre especialmente atractivos a los escritores, quizá sí a su obra. Por otro lado, ahora mismo se me vienen a la cabeza unos cuantos nombres de afamados escritores jodidamente feos…
¿Te has limpiado el culo alguna vez con algún poema?
Jamás. Tengo un ano muy sofisticado. Pese a que pueda parecer un llamativo acto poético, a mí me parece una marranada.
El peor poeta del mundo es…
El que escribe para follar…
¿Qué fue de tu agria polémica con Iñaki Gabilondo?
Temía que me preguntases por esto. Nuestras discrepancias se remontan a los anales de la historia. Creo que ya está todo dicho. ¡Pásate por la hemeroteca!
Sólo viniste a recitar y te enseñaron…
Que las sinalefas para los haikus son una putada.
Los que confunden la poesía con ser un cantautor de mierda, ¿Tienen arreglo?
¡Por supuesto! Que se compren mi libro, lo lean, lo mediten y felizmente comprueben que ellos están por el buen camino, y que he sido yo el que se ha equivocado de profesión. Por cierto, tengo entendido que estos sí que follan… o eso dicen… ellos.
Entrevista por Santiago Bertault