Miguel Barrero

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 Entrevistas LITERARIAS con…Miguel Barrero

 

¿Por qué vivir en Asturias?

No lo sé. Me gusta mucho Asturias, pero no soy nada chovinista. Supongo que aquí se puede estar tan bien o tan mal como en cualquier otro lugar.  

Y si no es Asturias, ¿dónde le gustaría vivir?

Me gustan las ciudades grandes. Siempre me he encontrado muy cómodo en Madrid, y últimamente sueño a menudo con Lisboa.

Para que vayamos conociendo con más precisión sus gustos.  Cite tres libros estupendos de este siglo y otros tres sobrevalorados.

Voy a citar tres novelas de autores españoles que me parecen magníficas y que posiblemente no han tenido la repercusión que merecían: Nembrot, de José María Pérez Álvarez; Calle Feria, de Tomás Sánchez Santiago; y El ciclista de Chernóbil, de Javier Sebastián. En cuanto a la otra parte de la pregunta, no me atrevo a hablar de sobrevalorados, pero sí diré que no encontré demasiada chicha en Chesil Beach, de Ian Mc Ewan, y que tampoco Murakami o Houellebecq han conseguido emocionarme.   

Lo mismo con el cine del siglo XXI. Tres películas que no nos debemos perder y otras tres que nos podemos ahorrar.

No soy nada metódico ni puntual en cuestiones cinéfilas, así que es muy posible que se me hayan pasado cosas que merecerían siquiera una breve mención. En cualquier caso, no puedo no citar Inland Empire, de David Lynch, o Lost in Translation, de Sofia Coppola. Y siempre recomiendo Cargo 200, de Alekséi Balabánov, una película durísima sobre el desmoronamiento de la URSS. En cuanto a las que nos podemos ahorrar, son tantas que me cuesta elegir sólo tres.  

¿Qué suceso le parece que puede ser característico de este siglo?

Los atentados del 11 de septiembre de 2001. Por su alcance, por su fuerte carga icónica, por el momento en que se produjeron y por todo lo que desencadenaron, han sido y serán determinantes en muchas de las cosas que van a ocurrir durante esta centuria.

Si tuviera que seleccionar tres autores vivos en lengua española, ¿con quiénes se quedaría?

Por orden de edad, de mayor a menor: Mario Vargas Llosa, Javier Marías y Antonio Muñoz Molina.

¿Y en otras lenguas?

En francés me quedaría con Patrick Modiano y Emmanuel Carrère. También con una autora joven, Line Papin, cuya primera novela leí hace bien poco con gusto y sorpresa. En inglés, Philip Roth y Don De Lillo y Richard Ford. En italiano, Claudio Magris y Donna Leon y Andrea Camilleri. En portugués, António Lobo Antunes y Gonçalo Tavares. En asturiano, Xuan Bello y Antón García y Berta Piñán.

¿Qué está leyendo?

Acabo de terminar Perros que duermen, la última novela de Juan Madrid, y ando alternando Los Cinco y yo, de Antonio Orejudo, con Fade out, de Tatiana Goransky. Entre uno y otro picoteo por los diarios de Miguel Torga, que están siendo todo un descubrimiento.

¿Qué lugar de España aconsejaría visitar?

Si sólo puede ser uno, me quedo con el Museo del Prado. Y si se me permite ampliar la respuesta, recomendaría a los viajeros que se detengan en esas ciudades que languidecen sin que las visite casi nadie (como Zamora, Soria o Teruel), pero cuyas calles esconden verdaderas maravillas.

¿Y de Asturias?

Siento debilidad por Lastres. Allí están los veranos de mi infancia.   

¿Qué comida de Asturias no recomendaría?

El cachopo.

¿Sidra o vino?

Vino. La sidra empezó a sentarme mal a los veinte años, quizá porque a esa edad ya había bebido toda la que mi organismo era capaz de soportar.

¿Facebook o Twitter?

Utilizo las dos, aunque no del mismo modo. Facebook, por un lado, se parece a un tablón de anuncios y, por otro, da más pie a la reflexión. Los tuits tienen más que ver con los mensajes que se dejan en las puertas de los urinarios públicos.

¿Qué tipo de música suele escuchar?

Depende del día. Puedo pasar de una vieja copla al «Helter Skelter» sin que me duelan muchas prendas.

¿Cuál fue el último libro que no pudo terminar?

Lo conté hace poco y hubo quien se me tiró al cuello: nunca he podido con las novelas de Tolkien.

¿Cómo podría definir en cinco líneas su literatura?

No lo sé. Si pudiera definir mi literatura, dejaría de escribirla.

El premio Planeta, ¿marca tendencia o va a rebufo de las modas literarias?

Creo que ha ido por épocas. Unas veces (pienso en novelas como Los mares del sur, de Vázquez Montalbán, o La muchacha de las bragas de oro, d
e Marsé, o El jinete polaco, de Muñoz Molina) sí intentó marcar tendencia o al menos trató de situarse en consonancia con los intereses que parecían predominar en la literatura del momento. Puede que últimamente sí se esté supeditando no a las modas literarias, que son otra cosa, sino a criterios estrictamente comerciales. Debo decir, no obstante, que eso no me parece mal: la editorial Planeta es una empresa privada y, como tal, es libre de elegir el tipo de producto que, según su criterio, garantiza unos resultados acordes con sus expectativas de negocio. No creo que haya que rasgarse las vestiduras.

¿Es necesaria una Asociación de Escritores de Asturias?

Es necesaria en la medida en que funcione como un colectivo de tipo sindical o colegial, es decir, que sea una asociación que vele por los intereses y los derechos de sus socios, en tanto que autores. Que trabaje para garantizar la cobertura de unas necesidades básicas y que se muestre combativa en aquellos aspectos que lo merezcan. Y, por descontado, que se relacione o se integre en otros organismos de su mismo carácter, pero de ámbito estatal o incluso comunitario, a fin de fortalecer sus reivindicaciones.

¿Qué pregunta no le hice y le gustaría responder?

No me ha preguntado por mis libros. Así no hay quién venda.

 

 

 

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