Silvia Grijalba: apostando por los sueños. Por Javier Lasheras. 26/09/2011

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Apostando por los sueños
Una conversación con Silvia Grijalba alrededor de su última novela
 
 
Hemos quedado a la hora del té en la cafetería Embassy. La temperatura en Madrid ha bajado a niveles razonables durante esta última semana del verano. Lleva un vestido gris con los brazos al aire. Nos saludamos y enseguida se nota en su voz la medida de una persona en la que puedes confiar. Antes de empezar a preguntarle por su novela, hablamos de Formentera, de su agua y de su luz, de donde acaba de regresar. Hablamos del grupo musical Los Cuantos, en el que milita el guitarrista Javier Colis. Y hablamos de El mapa y el territorio, la última novela de Houellbecq que trae bajo el brazo. Silvia Grijalba (Madrid, 1967), novelista, periodista y autora de letras de canciones, con las manos contenidas pero convencidas, se presta amable a esta entrevista tras ganar el Premio Fernando Lara 2011 con su novela Contigo aprendí. De vez en cuando se atusa el pelo, apoya el mentón sobre su mano, se toca el cuello o se abraza a sus propios brazos, sonríe sin ningún esfuerzo: parece coqueta por convicción, pero no hay duda de que es una conversadora asaz inteligente.  
 

Somao, Malleza, Muros, Pravia, Aguilar…

Son los escenarios donde se desarrolla buena parte de Contigo Aprendí y, al estar basada en la historia de mi abuela, también donde yo pasé casi todos los veranos desde los 6 a los 12 años. Adoro esos sitios y siempre que puedo vuelvo. 

Por cierto, el Gran Hotel España ha cerrado sus puertas.

Vaya, pues lo siento. Es una pena que esos sitios emblemáticos, casi históricos estén desapareciendo.

[El Gran Hotel España, sito en Oviedo, aparece en la novela. En estos momentos, se ha anunciado su pronta reapertura. N. del E.]
 
El buen gusto es algo tanto femenino
como masculino. Igual que la sensibilidad.
 
Antes un atlas era un mundo…

Sí, pero en el caso de los personajes de mi novela, viajan casi como se hace ahora. De otra forma, de una manera más lenta, pero, por una parte los indianos y, por otra, la alta burguesía, tenían acceso a ese mundo de viajeros que ahora son más bien turistas.

En su opinión, ¿Contigo aprendí es una novela sobre el reconocimiento sentimental y quizá también una geografía de la emoción que necesita del viaje para trazar las líneas maestras de una liberación?

En el fondo se trata del viaje de la protagonista. Su paso por la sensualidad cubana y la libertad de ese país y también su estancia en Nueva York le hacen ver la vida de otra manera y le ayudan a transformarse, a ser realmente lo que quiere ser, rompiendo moldes y encontrándose a sí misma, aunque por el camino haya dificultades.

María Luisa, la protagonista, desarrolla miserias que no se ocultan, como la satisfacción por devolver el sufrimiento. ¿Es la venganza un bien o un mal necesario?

A veces creo que es un mal necesario. En el fondo ella no se venga realmente, simplemente reacciona cuando debe y no es algo que haga para hacer el mal a quienes se lo han hecho. Yo creo que la mejor venganza es conseguir lo que uno quiere, pero el rencor y la envidia son sentimientos negativos que en el caso de mi protagonista no están. Se venga sin querer.

 
Yo creo que la mejor venganza
es conseguir lo que uno quiere.
 
En comparación con lo que hoy disfrutamos, antes se hacía más complicada la comunicación, pero ¿le parece que el rumor y el eco de sociedad persisten ahí de igual manera?

Sí, yo creo que existen igualmente. En la novela se presta mucha atención al qué dirán, porque en un ambiente como el del Nueva York más glamuroso, el del Waldorf Astoria y las grandes estrellas con las que se codea la protagonista —Xavier Cugat, Cole Porter o Dorothy Parker—, aunque aparentemente hay más libertad, también hay unos códigos sociales muy rígidos.

La protagonista lee mucho a lo largo de toda la obra. A bote pronto ahí están Austen y Cernuda, por ejemplo. Pero ¿qué leería ahora María Luisa si le hubiese tocado vivir hoy en día?

Pues probablemente a esos mismos autores y sería una admiradora de películas como las de James Ivory o series como Retorno a Brideshead, que en el fondo tienen bastante que ver con la vida que ella llevó, en los años 30.

La novela también hay lugar para determinadas pasiones. La moda y los afeites de belleza ocupan un lugar principal. También la decoración y, en concreto, el mundo de las alfombras. ¿Es casual o tiene una finalidad?

En todas mis novelas intento crear una ambientación que realmente nos sumerja en el mundo que describo. Por otra parte, en esta, los personajes, durante un momento de su vida tienen una existencia llena de glamur y de una aparente frivolidad que tiene mucho que ver con un aire hedonista de la época.

 
Siempre he apostado por mis sueños
y creo que al final eso tiene recompensa.
 
 
Si le dan a elegir ¿Qué prefiere como autora, muchos lectores o un par de buenas críticas?

Sin duda muchos lectores

La tertulia en el hotel Algonquin, que tan bien está reseñada en la novela, es legendaria.

Si, el personaje de Dorothy Parker, a la que mi abuela conoció, me parecía muy interesante, por eso tiene un papel importante dentro de la novela.

Aunque el peso de la novela recae en las mujeres protagonistas, ¿podría hablarnos del papel que ocupan Sabino, Fernando Aguirre y José Rodríguez, por ejemplo?

Sabino es la inteligencia y la mesura, frente a la desmesura de Radis. Y a José lo vamos conociendo, nos parece que es un hombre rudo, sin sentimientos y descubrimos que es sensible, leal y honesto

¿Cree usted que el buen gusto es natural al
alma femenina o tal vez una herramienta de ataque y defensa ante un mundo preponderantemente masculino?

Yo creo que el buen gusto es algo tanto femenino como masculino. Igual que la sensibilidad.

Y una mujer ¿es siempre muchas mujeres?

Creo que sí. En el caso de Maria Luisa, desde luego. A lo largo de la novela evoluciona y es muchas distintas

¿Qué debe tener una novela para ser premiada?

No tengo ni idea, supongo que ser buena.

Hoy por hoy ¿No es muy arriesgado apostar por la literatura?

Si, pero yo, como la protagonista de mi novela, siempre he apostado por mis sueños y creo que al final eso tiene recompensa.

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