Una entrevista ligera a Adolfo Camilo Díaz, por J. Havel y J. Lasheras. 29/08/2012

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Una entrevista ligera a Adolfo Camilo Díaz
» Deberemos idear una nueva enciclopedia,
una nueva revolución.
 
Por José Havel y Javier Lasheras.  

 

 

¿Qué valora más en un viaje?
El viaje.
¿Qué es lo que más le gusta hacer a las ocho de la tarde?
Unas veces nada. Otras, todo.
¿Cuál es el riesgo principal de viajar con usted?
No volver
¿Qué valora más para elegir un acompañante?
Que asuma el punto tres como una auténtica probabilidad.
¿Cuál es ese lugar al que siempre le gustaría volver y por qué?
Zadar, en Croacia. Un beso mediterráneo.
¿Cuál es su principal defecto?
La improvisación
 
 
¿Y su principal cualidad?
La capacidad de improvisación
¿Qué libros lee cuando viaja?
No hay un patrón. Recuerdo Túnez con La piel fría de Piñol, soberbia. Recuerdo Uruguay con la preciosa Temblor de Rosa Montero. Recuerdo Carabanzo con los monólogos de Anxelu. Lo bueno de la literatura es que multiplica los viajes en el viaje.
¿Qué está leyendo ahora?
Remato la trilogía Los juegos del hambre de Suzanne Collins, una inesperada (y buena, a pesar del supermarketing) sorpresa.
¿Es usted de los que lee con lápiz y papel a mano?
Papel a veces (acostumbro a leer en el WC; y no es un chiste); Lápiz casi nunca (y casi siempre me arrepiento)
¿Cuál sería su mayor desdicha?
No poder moverme.
¿Qué obra publicada le hubiese gustado firmar?
Muchas, claro. Herida de Coetze, por ejemplo. O cualquiera de las mencionadas a lo largo de esta entrevista.
¿Dónde le gustaría vivir?
Necesito luz y calor. En cualquier Sur, Canarias mediante.
¿Cuál es su bebida favorita?
Depende de la hora, de la compañía… y de lo que estemos haciendo.
Dígame un par de grandes novelas que se le atragantaron o nunca pudo acabar con ellas?
La isla del día antes de Eco y Apocalipsis de King (dos autores que, por otra parte, me encantan pero que han firmado tochos de juzgado de guardia)
¿Su ciudad favorita?
Hemos hablado de Zadar y podría serlo, pero mezclada con Praga, Lisboa, La Laguna o León.
¿Sus escritores favoritos?
Verne, siempre; Roth, Harold Pinter, Pessoa, Úrsula Leguin, Cortázar, Richard Matheson…
¿Sus palabras o frase favorita?
Para los chulopiscinas: «Tu cara te expide cheques que tu cerebro no puede pagar»
¿Qué música acostumbra a escuchar?
Volveríamos a la pregunta 14. Depende de la hora, de la compañía, de la acción: del heavy más metalizado (Ramsteim) al Silvio Rodríguez más hiriente, pasando por la Creedence o los Jethro, sin despreciar chispazos de Nirvana, Lana del Rey, Kate Bush, Maldita Nerea, Dixebra…
 ¿Con qué personajes históricos y ficticios le gustaría pasar una velada?
Me montaría una espicha con los Hermanos Marx, el capitán Nemo, Madame Curie, Ana Ozores, Jovellanos, Voltaire, Bakunin, Nacho Vidal y la mítica Lucía Lapiedra, de cuando Lucía Lapiedra era Lucía Lapiedra y no esa marujita siliconada que aconseja a descerebrados (estos dos últimos, por si la fiesta decae y para que planteen alternativas, sugerencias…).
¿Más o menos, por cuánto sale una ración de 100 gramos de jamón ibérico puro de bellota, una copa de vino, un libro de poemas y una onza de chocolate?
Va depender mucho del libro de poemas. Para no distorsionar el resultado yo lo quitaría y dedicaría un máximo de 30 € para el resto (aunque, con los obligados recortes del fasciotalismo podríamos cambiar el jamón ibérico por mortadela y el vino y el chocolate por meros dibujos alusivos: sólo en esas circunstancias podríamos recuperar el libro de poemas).
 
Recomiende un par de obras de arte
Acabo de visitar en Madrid la exposición de Hopper y recomendaría la pieza maestra que faltaba: Nighthawks. También, cómo no, cualquier pieza de Navascués.
¿Qué está escribiendo ahora?
Esta entrevista.
¿La crítica literaria la prefiere con agua, hielo o a solas?
Según está formulada la pregunta se propicia el juego de palabras bobo, al que me brindo. Ergo, si la crítica es inteligente y con estilo, a solas. Si el crítico también lo es, haremos un trío.
¿Qué detesta, odia y cabrea al tiempo? ¿Y por separado?
Detesto, odio y me cabrea la prepotencia. Por separado detesto la soberbia, odio la intolerancia, me cabrea la sumisión.
Recomiéndenos un libro que todavía no haya leído
(En confianza: el que estoy escribiendo y que, por contestarte a la pregunta 23 con respuesta rápida y brillante, no promocioné adecuadamente: un novelón de casi dos mil páginas titulado Txakurra y que va ser la hostia: una distopía que se desarrolla en una Euskadi independiente en la que comienzan a aparecer perros crucificados que no se sabe si forman parte de un ritual o si son signos de un nuevo lenguaje…)
¿Y un par de pelis que todo el mundo tendría que ver?
Dos clásicos incontestables: Encadenados de Hitchcock y Blade Runner de Ridley Scott.
¿A través de qué película llegó a leer un buen libro?
A través de Elegy de Coixet llegué a El animal herido de Roth y, a partir de esa excelente novela, al resto de su obra.
¿Qué suceso de la Historia admira más?
Supongo que la Revolución Francesa. La gente se puso de pie después de siglos de sumisión. Sus dueños agacharon, por fin, la cabeza (en algún caso, aparte de agacharla la dejaron caer). Hoy ocurre lo contrario, signo de los tiempos. Por supervivencia deberemos idear una nueva enciclopedia, una nueva revolución.
¿Qué red social de Internet prefiere?
Una que inventó Philip K Dick mucho antes de que Internet apareciese: una especie de megapunto de megaencuentro en el que podías sentir la megapiel del contrario, sus labios. Prestaba. Las ahora existentes me parecen insufribles patios de vecinos sin el glamour de Aquí no hay quien viva.
¿A quién le hubiese gustado entrevistar?
A Dios en sus buenos tiempos.
Y, para acabar… ¿Cómo se declara usted, culpable o inocente?
Joder… ¡Falso inocente!
 
Adolfo Camilo Díaz es escritor.

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