Una entrevista ligera a Luis Alberto de Cuenca
Por José Havel y Javier Lasheras
»Detesto la political correctness, no odio a nadie y me cabrea
que no pongan el torneo de Wimblendon en abierto
¿Qué valora más en un viaje?
El momento feliz de volver a casa.
¿Qué es lo que más le gusta hacer a las 8 de la
tarde?
Merendar tardíamente o cenar temprano. Picar
algo, en cualquier caso.
¿Cuál es el riesgo principal de viajar con usted?
La exhaustividad que me impongo en conocerlo todo.
¿Qué valora más para elegir un acompañante?
Que le guste visitar museos, monumentos y librerías de viejo.
¿Cuál es ese lugar al que siempre le gustaría volver y por qué?
Florencia. Sobreabunda en todo eso que me gusta visitar.
¿Cuál es su principal defecto?
Disculpar y sobreseer con descaro mis muchos defectos.
¿Y su principal cualidad?
Una considerable capacidad de olvido.
¿Qué libros lee cuando viaja?
Aquellos sobre los que tengo que escribir o decir algo.
¿Y qué está leyendo ahora?
Escrito con la lengua, de Roger Wolfe.
¿Es usted de los que leen con lápiz y papel a mano?
¡No, por Dios! Jamás escribo ni subrayo nada en un libro, ni tomo notas sobre lo que leo.
¿Cuál sería su mayor desdicha?
Un mundo sin libros.
¿Qué obra publicada le hubiese gustado firmar?
Macbeth, de William Shakespeare.
¿Dónde le gustaría vivir?
En Madrid, donde nací, donde vivo y donde pienso morirme.
¿Cuál es su bebida favorita?
El agua mineral sin gas del tiempo.
Dígame un par de grandes novelas que se le atragantaron o nunca pudo terminar
de leer.
El hombre sin atributos de Musil y En busca del tiempo perdido de Proust.
¿Cuál es su ciudad preferida?
Florencia.
¿Quiénes son sus escritores favoritos?
William Shakespeare, Homero, Bram Stoker.
¿Cuáles son sus palabras predilectas o su frase favorita?
«Life is a tale told by in idiot» (Shakespeare, Macbeth).
¿Qué música suele escuchar?
Casi no escucho música. Si acaso, a Schütz.
¿Con que personajes históricos y personajes ficticios le gustaría pasar una velada?
Entre los personajes históricos, con Robespierre. De los de ficción, con Sherlock Holmes.
¿Por cuánto sale, más o menos, una ración de 100 gramos de jamón ibérico puro de bellota, una copa de vino, un libro de poemas y una onza de chocolate?
Por menos de 50 euros. El libro de poemas es prescindible.
Recomiende un par de obras de arte.
El nacimiento de Venus, de Botticelli. La Ophelia, de Millais.
¿En la escritura de qué se halla usted ahora inmerso?
En la escritura de un prólogo a La Bella y la Bestia, de Madame Leprince de Beaumont.
¿La crítica literaria la prefiere con agua, con hielo o a solas?
Leo poca crítica literaria. Me gusta más leer a Shakespeare que un libro sobre Shakespeare.
¿Qué detesta, odia y le cabrea a un mismo tiempo? ¿Y por separado?
Detesto la political correctness, no odio a nadie y me cabrea que no pongan el torneo de
Wimbledon en abierto.
Recomiéndenos un libro que aún no haya leído.
Danza de dragones, la entrega quinta de Canción de hielo y fuego, de George R. R. Martin.
Díganos un par de películas que todo el mundo debería ver.
Scarface, de Howard Hawks, y Sin City, de Robert Rodriguez, Frank Miller y Quentin
Tarantino.
¿A través de qué película llegó a leer un libro estupendo?
A través de The Swimmer, la película de Frank Perry (con Burt Lancaster) descubrí The
Swimmer, de John Cheever, un relato memorable.
¿Qué suceso de la historia admira más?
Las Cruzadas.
¿Qué red social de internet prefiere?
Ninguna.
¿A quién le hubiese gustado entrevistar?
A Oscar Wilde, pero sin decirle yo nada.
Y por último, ¿cómo se declara usted, culpable o inocente?
Un puer aeternus siempre es inocente.
Luis Alberto de Cuenca es poeta, traductor y filólogo. Trabaja como profesor investigador en el CSIC. Entre otros muchos galardones cuenta con el Premio de la Crítica de Poesía y el Premio Nacional de Traducción.