Una entrevista ligera a Natalia Menéndez.
» Soy bastante flexible en algunos aspectos.
Y no hablo de mi cuerpo.
Por Javier Lasheras y José Havel.
¿Qué valora más en un viaje?
La capacidad del destino elegido para asombrarme, lo cual no es muy complicado.
¿Qué es lo que más le gusta hacer a las 8 de la tarde?
Tomar una cerveza en una terraza en buena compañía.
¿Cuál es el riesgo principal de viajar con usted?
Perderse por las calles de una ciudad. No tengo ningún sentido de la orientación, aunque a veces perderse pueda suponer hallazgos valiosos.
¿Qué valora más para elegir un acompañante?
Que siga mi ritmo.
¿Cuál es ese lugar al que siempre le gustaría volver y por qué?
Candem Market de Londres. Es un lugar lleno de sorpresas.
¿Cuál es su principal defecto?
Doy poco margen a la improvisación. Planifico mucho, en los viajes y en otros aspectos de la vida. Y a veces las cosas no salen como uno espera.
¿Y su principal cualidad?
Soy bastante flexible en algunos aspectos. Y no hablo de mi cuerpo.
¿Qué libros lee cuando viaja?
Largas novelas para hacer las horas de avión más llevaderas.
¿Y qué está leyendo ahora?
El enredo de la bolsa y la vida de Eduardo Mendoza y una antología de poetas irlandesas contemporáneas.
¿Es usted de los que leen con lápiz y papel a mano?
Depende. Si es un trabajo académico, sí.
¿Cuál sería su mayor desdicha?
Ver sufrir a las personas que quiero.
¿Qué obra publicada le hubiese gustado firmar?
Ninguna en particular. La escritura es algo muy personal, así que nada que haya escrito otro puede representarme. Aunque, por otro lado, la saga de Harry Potter me habría librado de la hipoteca.
¿Dónde le gustaría vivir?
En Praga, en Florencia, en Nueva York, en muchos de los sitios que he visitado. Este verano viajaré a Tokio. Tal vez entre en la lista.
¿Cuál es su bebida favorita?
No tengo una bebida favorita, creo que hay una bebida perfecta para cada ocasión: en verano, unas sidras con amigos, por ejemplo.
Dígame un par de grandes novelas que se le atragantaron o nunca pudo terminar de leer.
El Ulisses de Joyce. Lo intenté, pero me quedé en el camino.
¿Cuál es su ciudad preferida?
Londres, por todo lo que viví en ella.
¿Quiénes son sus escritores favoritos?
García Márquez, Ángel González, Cernuda, Gil de Biedma, Virginia Woolf, Paul Auster, Kafka…
¿Cuáles son sus palabras predilectas o su frase favorita?
«Hay lugares de los que no se vuelve nunca», de Pessoa (ya que hablamos de viajes).
¿Qué música suele escuchar?
Rock, punk, grunge, la misma que escuchaba a los 20. En lo musical he evolucionado poco.
¿Con que personajes históricos y personajes ficticios le gustaría pasar una velada?
Con Salvador Dalí o con Sigmund Freud para que me psicoanalizase, ¿de ficción? Con Gregor Samsa, adoptando su misma forma.
¿Por cuánto sale, más o menos, una ración de 100 gramos de jamón ibérico puro de bellota, una copa de vino, un libro de poemas y una onza de chocolate?
Para disfrutar estas cosas es mejor no saber su precio.
Recomiende un par de obras de arte.
La ciudad de Florencia entera (Stendalh tenía razón), todas las obras de la etapa más surrealistas de Dalí, del que soy ferviente admiradora, como ya he dejado claro varias veces en esta entrevista.
¿En la escritura de qué se halla usted ahora inmerso?
Poemas sueltos, de vez en cuando.
¿La crítica literaria la prefiere con agua, con hielo o a solas?
De cualquier forma, en las dosis apropiadas.
¿Qué detesta, odia y le cabrea a un mismo tiempo? ¿Y por separado?
La hipocresía. Por separado detesto madrugar, odio los extremismos y me cabrea que no me escuchen cuando hablo, como a todo el mundo.
Recomiéndenos un libro que aún no haya leído.
No creo que sea posible hacer eso con cierta coherencia.
Díganos un par de películas que todo el mundo debería ver.
La ola y Slumdog Millionaire, por citar dos grandes películas recientes.
¿A través de qué película llegó a leer un libro estupendo?
La película Maurice de James Ivory me llevó a la novela de EM Forster, sobre la que pensé hacer mi tesis doctoral, aunque finalmente cambié de tema.
¿Qué suceso de la historia admira más?
La resistencia pacífica de Gandhi.
¿Qué red social de internet prefiere?
Facebook, para amigos y afines.
¿A quién le hubiese gustado entrevistar?
A un impredecible Salvador Dalí, insisto.
Y por último, ¿cómo se declara usted, culpable o inocente?
Culpable hasta que se demuestre lo contrario.
Natalia Menéndez es escritora y profesora.