Por Armando Murias Ibias
Marcelo Matas de Álvaro es el premiado este año por la Asociación de Escritores de Asturias en los XXI Premios de la Crítica de Asturias en la modalidad de Narrativa en Castellano con la obra YO SÉ QUIÉN SOY, primera entrega de la trilogía “La urdimbre y la trama”.
El jurado, formado por los escritores José Ángel Ordiz Llaneza, Mirtha Chamorro Mielke, Carmen Cabeza Martínez, Armando Murias Ibias y Román Antonio Álvarez, que actuó como secretario, ha destacado “la construcción de una prosa esmerada que no obstaculiza la fluidez de la lectura y contribuye a lograr una mayor profundidad en el lector. Una prosa poética narrada desde el corazón de la memoria, que, como todas las buenas obras, gana con las segundas y hasta las terceras lecturas. Nos narra una historia en la que el autor se acerca al tiempo pretérito. Estructura y estilo excelentes. Hondura en la caracterización de los personajes, utilización de una prosa arriesgada, con algún toque experimental, pero perfectamente entendible, que otorga al texto profundidad y belleza”
1.-La obra premiada es la primera de una trilogía. ¿Qué calendario tienes previsto para el resto?
El título de la trilogía es “La urdimbre y la trama”. El plan es publicar una novela cada dos años, de manera que, como el primer volumen (“Yo sé quién soy”) salió a finales de 2020, tendría que publicarse el segundo (“Enemiga mortal de mi descanso”) antes de que se acabe el presente año y la siguiente (“Para vivir muriendo”) en el 2024, pero a veces los plazos de las editoriales no concuerdan con la planificación del autor.
2.-En “Yo sé quién soy” hay una estructura formal muy elaborada. ¿Seguirás usándola?
Creo que, si escribimos con una cierta voluntad artística, los aspectos formales de una novela son algo fundamental en la obra literaria. Lo ideal es que la forma (estilo y estructura) y el contenido (argumento y tema), se ajusten como el guante a la mano. Por eso, la intención es que en la segunda y tercera entrega de la trilogía se atengan a ese propósito, sin que ello signifique que deba utilizar las mismas propiedades formales que en la primera.
3.-¿A lo largo de tu narrativa existe algo (idea, palabra, sensación) que tiene que aparecer necesariamente? ¿Y algo que rechaces?
De manera consciente no hay nada que deba aparecer o que rechace de antemano. De hecho, no suelo escribir con un plan preestablecido, sino que es la misma escritura la que va tirando de mí. A menudo, más que las ideas o el argumento, es la propia frase que acabo de escribir la que me va guiando. Como si fueran cerezas, parece que unas palabras van tirando de otras hasta conformar la urdimbre y la trama del título.
4.-Estamos celebrando el centenario de la publicación del “Ulises”. ¿Te ha influido?
Es posible que “Ulises” sea la obra que más me ha influido. La leí muy joven y me deslumbró por las infinitas posibilidades que, a partir de entonces, se me abrían en la escritura. Las diferentes formas literarias que Joyce despliega en “Ulises”, me descubrieron una manera original de enfrentarme al hecho de escribir. De ahí que, en cualquier cuento o novela que me planteo, siempre busque una forma distinta con la que poder lograr un verdadero artefacto literario. También me reconozco, entre otros, en Faulkner y Onetti, igualmente herederos del endiablado estilo de Joyce. Me sorprende que algunos escritores actuales presuman de no haber podido con “Ulises”. Es como si un pintor renegara de “Las señoritas de Avignon”.
5.-¿Qué obra literaria gana en el cine?
De las obras literarias que he leído, no conozco ninguna que gane en el cine. Sí creo que hay algunas películas basadas en cuentos o novelas que están por lo menos al mismo nivel. A bote pronto, se me ocurren “El tambor de hojalata”, “Doctor Zhivago”, “El gran Gatsby” o “Los muertos”. En España destacaría las versiones cinematográficas de “La colmena” y “Los santos inocentes”. Y algunas meritorias series como “La Regenta”, “Fortunata y Jacinta” o “Los gozos y las sombras”.
6.-¿Puedes poner una banda musical a tu obra premiada?
Nunca lo había pensado, pero la obra se desarrolla en una época donde por la radio sonaban coplas y boleros, cantadas por aquellos populares artistas que seguramente serían del agrado del padre y la madre de la novela: Lola Flores, Manolo Escobar o Antonio Machín.