Me entero no sin cierto estupor de las noticias que llegan desde este Ayuntamiento, de su gestión, de los problemas que generan que tres grupos políticos puedan ponerse de acuerdo en lo esencial, y que tras más de veinte años del gobierno del PP creo que hay mucho y bueno por hacer. Saco a colación aquí un tema menor que ya tuvo su polémica en la anterior legislatura: La gestión cultural: ¿Cómo, dónde y cuánto se gasta en actividades culturales?
El tripartito debería tener claras las prioridades. Ópera sí u ópera no. Fiestas de San Mateo con contratos oscuros o abiertos a todo el mundo liados con los viejos problemas ovetenses que deberían darse pronta solución, y sinceramente no veo nada nuevo; como pudiera ser una iniciativa radical y transgresora que dejaran hacer a: hosteleros, músicos, escritores, amantes del cine, etc….cualquier iniciativa sin intentar politizar dichas actividades…Seguimos en lo viejo…
La Noche Blanca vuelve este año, y ya en su momento, varios ciudadanos a título particular, bien de manera oral o por escrito, pedíamos claridad en las cuentas y en los nombres. En definitiva: transparencia municipal. No seamos ingenuos: 94.000 euros en un día no se pueden gastar tan alegremente como algunos piensan y sin dar ningún tipo de explicaciones. Si a esto unimos que un 60% de dicho presupuesto fue destinado a pagar a los intermediarios y organizadores de dicho evento tenemos el despropósito llevado hasta sus últimas consecuencias. ¿Cuánto se llevan los artistas contratados? ¿Cuánto se llevan los intermediarios y organizadores? ¿Cobran todos lo mismo o hay artistas de primera y otros de segunda? El ciudadano debería poder consultar dicho gasto y saber lo que se cobra.
La respuesta de los políticos de la anterior legislatura fue: “que era información reservada a los grupos políticos del Ayuntamiento y esta no podía llegar al público en general”. Es decir la oscuridad y la opacidad siguen siendo la máxima. Otra forma de dar dinero a los amiguetes, perdón, a las personas de su máxima confianza y sin ningún tipo de control.
Y lo que no entendemos algunos es por qué, siendo dinero público conseguido con nuestros impuestos no tenemos la potestad de poder fiscalizar dicho gasto. Se necesita un portal de transparencia donde todo ciudadano pueda consultar los gastos e informarse de quién cobra dicho dinero. No me meto en las actividades pero, puestos a copiar, se deberían tener en cuenta las protestas y objeciones de numerosos colectivos madrileños (Di No a la Noche en Blanco) que ya desde el año 2010 se han movilizado en contra del gasto desorbitado de publicidad institucional y cultural, cuando igual las necesidades en época de crisis son otras.
Los artistas –en líneas generales- lo tenemos claro: se pueden realizar actividades de menor presupuesto y de una mayor proyección nacional o regional. Crear una marca Oviedo con un evento de un día cuando el vecino lleva varios años con dicha propuesta nunca ha sido una muy buena idea. Esto nos lleva a reflexionar sobre la falta de actividades culturales a lo largo de todo el año y donde los artistas locales estén implicados y valorados. La ocupación de espacios públicos por parte de la ciudadanía de manera controlada por el poder político quita y disuelve la esencia del artista independiente y contestatario.
El arte, deberían saberlo nuestros políticos, tiene un veta contestataria y rebelde ante lo establecido. Contentar con dinero a los artistas para que desaparezca la crítica negativa o se cree un arte domesticado es un objetivo para ellos pero no para el verdadero artista independiente, al margen del poder institucional.
Un nuevo Ayuntamiento tiene la posibilidad de cambiar las cosas, subsanar los errores cometidos a lo largo de los años: Hacer creer a la ciudadanía que se trabaja en proyectos culturales invirtiendo 94.000 euros en un día no es la mejor manera de comenzar su andadura con buen pie y, si a esto unimos unas formas opacas de presentar dichos gastos, volvemos a caer en los mismos errores.
Afortunadamente para la ciudad existen colectivos o personas que de modo individual o como colectivos trabajan por la cultura desde siempre. Dejarles que se expresen de manera libre e independiente sería un buen pilar de construcción de otra nueva realidad cultural ovetense.
Creemos en una cultura libre y heterodoxa donde muchos nos negamos a que el arte, en líneas generales, se vea como una simple mercancía de consumo o una marca publicitaria municipal.
Son muchas las razones, aquí tan sólo se exponen algunas de ellas, por lo que decimos: No a la Noche Blanca de Oviedo.
RUBÉN RODRÍGUEZ.