Hoy, viernes, se celebra en el Hotel Reconquista una comida literaria. Actividad muy apropiada para este mes de abril que nos inunda de colores, aromas y sabores.
Según el escritor argentino Alberto Manguel, "todas las literaturas hablan de comida". Los sabores están presentes en grandes obras literarias de distintos contextos y de todos los tiempos. Ya tenemos a Platón con sus notas culinarias en el Banquete. También en la literatura infantil.
Comida y bebida salpican los textos y adquieren poderes mágicos en algunos cuentos como Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, o Caperucita en Manhattan de Carmen Martín Gaite. Arroz, agua y maíz de Berta Piñán, Poemes de carambelu de Marisa Lopez Diz o Menú de versos de Esther García. Otros muchos como Gargantúa y Pantagruel, de Rabelais, Blancanieves o Hansen y Gretel de los Hermanos Grimm, cuentos con una buena dosis de crueldad y en los que la comida tiene su protagonismo.
Si repasamos la Regenta, por citar la obra universal de nuestro Leopoldo Alas "Clarín", encontramos varios pasajes en los que podemos disfrutar de una gran variedad de aromas y de sabores, de platos suculentos y típicos de la gastronomía asturiana. En la obra, nos informa cómo en aquella época no estaban de moda las mujeres extremadamente delgadas como ahora. A Ana Ozores, la protagonista de la Regenta, sus tías Dª Águeda y Dª Anuncia, que se ocuparon de cuidarla desde que quedó huérfana, quieren sobre todo prepararla para casarla bien y la intentan engordar como sea para que esté bien lucida y resaltar así su belleza.
La aldea perdida de Palacio Valdés, Rayuela de Julio Cortázar, Ulises de James Joyce, Las nanas de la cebolla de Miguel Hernández, Oda a la cebolla de Pablo Neruda, El desayuno (poema) de Alberto de Cuenca, Cien años de soledad de García Márquez, Cuentos mugrientos de Carmen Galán, La berenjena de Eduardo Galeano, o recientemente Magaya de Alejandro Fernández Osorio, son un mínimo ejemplo de otros muchos autores que tienen presente la gastronomía en sus obras.
Las referencias a la comida en el Quijote son gran testimonio de la alimentación en la España del Siglo de Oro. La obra maestra de Cervantes hace numerosas alusiones a los gustos culinarios de la época.
Pero no voy a seguir citando obras y autores porque llenaría muchas páginas. Sólo resaltar que literatura y comida están relacionadas, y la gastronomía también está presente en otras manifestaciones artísticas.
En la actualidad se le da mucha importancia a todo lo relacionado con la cocina. La cocina está de moda. Desde los platos tradicionales cuidadosamente elaborados, a la cocina de diseño, en la que entra en juego lo tradicional con una buena dosis de investigación e innovación. Los restauradores y artistas de los fogones ponen a prueba su creatividad y nos ofrecen platos exquisitos en los que cuenta su presentación artística, porque también comemos con la vista.
La literatura es una gran fuente documental para los artistas de la cocina. En las obras literarias podemos investigar y recrearnos en aquellos platos que hicieron las delicias de nuestros antepasados y que siguen hoy día siendo igual de apetitosos. Casi siempre mejorados por los grandes chefs, hoy bien formados y con todos los medios que se tienen al alcance, como en cualquier otra profesión, para poder llevar la mesa lo mejor de lo mejor.
Hoy, un buen grupo de escritores, editores, libreros y otras personas relacionadas con el mundo de las letras estamos convidados, en el Hotel Reconquista, a disfrutar de un apetitoso menú literario recordando a algunos de los clásicos de la literatura, rememorados por los grandes cocineros de este establecimiento hostelero ovetense, bajo el nombre de "Gastroletras".
Quiero agradecer desde estas páginas esta invitación que reconoce la estrecha relación entre literatura y gastronomía, dos manifestaciones artísticas que siempre caminaron unidas. Agradezco expresamente este detalle en nombre de la Asociación de Escritores de Asturias, que me honra presidir, y a la que pertenecen buena parte de los asistentes a este banquete literario.
Seguramente de estos momentos en torno a la mesa y con la presencia de la comida como pretexto, muchos escritores nos sentiremos inspirados saboreando platos tan deliciosos, en homenaje a nuestros más grandes maestros.
En torno a la mesa no solo se realizan grandes negocios; degustando un buen menú, versos y palabras llenarán muchas páginas con el mejor sabor literario.
Mª Esther García López