Corre el año 2011. Intentando cerrar las heridas abiertas por la Operación Dracul, la inspectora Sara Ocaña llega la comisaría de la cuenca del Nalón en busca de tranquilidad. Pero la muerte por sobredosis del hijo del Fiscal Antidroga de Asturias la meterá de lleno en un nuevo caso donde las drogas son, únicamente, la punta del iceberg. La trepidante trama se desarrolla en un escenario minero que sufre la crisis después de la reconversión, pero el delito no tiene fronteras… ni color político.