Al final, de Silvia Nanclares y Miguel Brieva. Por David Fueyo. 5/03/2012

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Al Final
Silvia Nanclares y Miguel Brieva
Editorial Kókinos, Madrid, 2010.
 
 
Leído con la sensibilidad precisa Al Final puede ser un nuevo Alicia en el país de las maravillas de la posmodernidad. Soy consciente de que lo que estoy diciendo es mucho para un álbum infantil que lleva editado desde el año 2010, y del que posiblemente ni hayan oído hablar, por lo que pretendo justificar mi afirmación basándome en los pilares esenciales en los que se basa el difuso concepto del posmodernismo.
Por un lado Al final es una obra antidualista, es decir, valora y promueve el pluralismo y la diversidad, la visión de los otros, los marginados y oprimidos por las ideologías modernas y estructuras políticas y sociales que las sustentan. Estamos ante un libro para niños y niñas, pero también para adultos. Hay una visión apoyada en imágenes surrealistas y oníricas al margen de las habituales. El mundo de Al Final es un mundo sucio, contaminado e hiperconsumista. Un sueño barroco para enseñar a pensar de forma diferente, para pensar de forma diferente.
Por otro lado cuestiona los textos que estamos acostumbrados a proporcionar a niños y niñas, constituyendo un universo basado en imágenes y en apenas un puñado de frases que sirven para apoyar los dibujos genialmente ejecutados por Miguel Brieva, (Sevilla, 1974). La obra incita además de a pensar a leer, y sabe hacerlo con pocas palabras y en un lenguaje diferente al de los textos habituales con los que se trabaja para fomentar la lectura y la imaginación en niños y niñas. Es por ello que da un nuevo giro lingüístico, entendiendo que el  lenguaje moldea el pensamiento y que lenguaje son, además de letras y palabras, también los gestos, las ilustraciones, imágenes y formatos. Al Final juega con todas estas variables creando un volumen físicamente de grandes dimensiones y con un lenguaje atractivo para el lector, niño o adulto que invita a sumergirse lentamente entre sus páginas, disfrutando cada detalle del mismo, que no son pocos.
Por último cabe decir que la obra proporciona su propia perspectiva de la verdad, cuestionando la verdad universal, y dando a entender que el mundo en el que la protagonista se sumerge al abrir la misteriosa puerta del comienzo es más parecido al nuestro de lo que nos pensamos. Los autores utilizan imágenes basadas en sueños mezcladas con otras tomadas directamente de la realidad. Los anuncios fomentando el consumismo se entremezclan con seres mágicos, pelícanos que leen, ojos voladores y torres con formas de pincel. Quien se quede con la belleza meramente estética de las ilustraciones es que se ha quedado a medio camino. Al Final es mucho más que eso.
 
En la obra encontraremos un extraño camino que nos internará en un nuevo universo delirante en el que la imaginación fluye libremente. Escritora e ilustrador son uno mismo en el concepto total de la obra consiguiendo un relato en el que una nueva Alicia (la protagonista no tiene nombre) abre la misteriosa puerta para aprender.
El mundo que la niña se encuentra es una actualización de aquel que Alicia encontró tras su descenso por la madriguera en la inolvidable obra de Carroll. Han pasado casi 150 años y el mar de lágrimas ahora es una ciudad polucionada. La sociedad monárquica que Carroll vivió en la época victoriana ahora es una sociedad capitalista repleta de macrociudades en la que los niños(o sus familias)  han de pagar un precio (en euros) para ser especiales. Nuestra nueva Alicia simplemente imagina, sueña y aprende, todo ello sin pagar un precio. Simplemente su imaginación no está atrofiada y disfruta de ello. Sigue su camino, su singular camino, y de todo ello aprende, proporcionando así una hermosa metáfora de lo que ha de ser la educación de niños y niñas, un largo camino, lleno de baches fácilmente salvables utilizando la imaginación. La nueva Alicia se esfuerza, ha de remar, ha de salir del vientre de la ballena, y lo hace jugando, imaginando, conociendo otros lugares, otras personas.
El álbum (por llamarlo definitivamente de alguna manera), es poema, cómic y cuento sin ser totalmente alguno de estos géneros. Al Final es todo a la vez, es un pequeño libro de instrucciones para soñar e imaginar que no tiene fin, tal vez porque no podemos encontrar una respuesta cerrada a este camino en el que la tierra sufre y los niños y niñas ya no saben dejarse llevar por su imaginación. Al Final es un bonito regalo para un niño o niña de a partir de 5 años, y también, por qué no decirlo, también es un bonito regalo de sus autores, Silvia Nanclares y Miguel Brieva para todos aquellos y aquellas que alguna vez, sobre el duro colchón de la posmodernidad, nos hemos olvidado de soñar.
 
David Fueyo es escritor.

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