Por Armando Murias Ibias
El último de Pepe Monteserín no es un libro cualquiera. Si hay libros de bolsillo, CON MUCHO BUSTO habrá que considerarlo como un libro de mochila, por el continente y por el contenido.
Efectivamente, con un peso de 2,665 kilos, 824 páginas, 3.500 fotos y medio millón de palabras, es un libro difícil de manejar físicamente, por lo que es aconsejable usar la mochila para moverlo.
Se puede leer de un tirón y también se puede usar como libro de consulta, aunque hay que advertir que el autor no pretende ofrecer una información objetiva de los 301 escritores de los que habla en sus visitas. Para eso están las enciclopedias. El contacto del autor con las esculturas con las que se fotografía es totalmente personal, pasional. Por tanto, es un viaje literario de aventura, de mochila por caminos y avenidas, un cuaderno de viaje que tiene a los escritores como brújula y sus libros como camino.
¿Están todos los escritores en este libro? Pepe Monteserín nos dice que no, desgraciadamente faltan todos, excepto 301.
Desde la cuna hasta la sepultura, los vecinos y las autoridades les dieron vida eterna clavándolos a una calle o levantándoles un monumento para mayor gloria de las palomas. En torno a su recuerdo, Pepe Monteserín, en un acto más excéntrico que egocéntrico, reflexiona sobra la literatura en sus más variados aspectos, como los que se sienten afectados por los síndromes de Bartebly o de albatros, polemiza sobre el Beato de Liébana, al que considera el primer escritor asturiano, y a todos los autores los rotula con una sentencia definitoria, por ejemplo, de José Augusto Trinidad Martínez Ruiz, más conocido como Azorín, dice: triste y estático.
Ya lo saben, si quieren saber la biografía de un escritor vayan a una enciclopedia, pero si lo que quieren es saborear la literatura con todos los sentidos, empapen el pan de la curiosidad en esta salsa tan bien condimentada donde se fusionan libros, escritores y personajes, consulten CON MUCHO BUSTO, inmensa y torrencial.