Publicada por Ediciones Vitruvio, Embrujado jardín. Antología (1970-2010) es un poético viaje subterráneo donde se recogen algunos de los poemas más representativos de toda la obra de Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950). Doctor en Filología Clásica, ensayista, traductor entre otros de Homero, Eurípides, Calímaco de Cirene o Charles Nodier y, en otro tiempo, Secretario de Estado y director de La Biblioteca Nacional es, además, un poeta que ha pasado de la concentración inicial en los temas librescos, a una lírica de cotidianeidad orillando difícil sencillez con elegancia de maestro.
ADVERTENCIA AL LECTOR
Oyendo a Dinah Washington –son las diez de la noche
de un veintitrés de octubre-, se me ocurre decirle
al presunto lector de mi “literatura”
que procure evitarla como se evita a un huésped
molesto –un erudito, una rata en el baño-,
y que si, por alguna razón que se me escapa,
quiere seguir leyendo, que entienda lo que lee
como lo que es: un grito (o un susurro) de angustia
y soledad.
En el prólogo de esta Antología su editor, Pablo Méndez afirma, con no poca admiración, que Luis Alberto forma parte de un grupo de escritores cuyo talento hoy resulta imposible en las nuevas generaciones y que cada día que pasa se hacen más valiosos y necesarios. Embrujado jardín ofrece al lector la sorpresa y el contraste entre la imaginación de Elsinore (1970-1971) y Cuanto sé de mí, poema perteneciente a El reino blanco (2006-2010).
“Tuve amor y tengo honor;
esto es cuanto sé de mí”.
Hasta ese penúltimo poema de esta Antología el poeta, desde la ironía o la gravedad, grita susurros con Necrofilia; nos abre en renovados registros y fulgores una Caja de plata brinda, con la luz que ilumina otro sueño, el misterio que oscurece y alimenta lo popular en imaginativos referentes culturales a través de unas páginas donde el erotismo y la cualidad narrativa de sus poemas transitan entre hachas y rosas, fuertes y fronteras, sin miedo… ¿ni esperanza?
ABRE TODAS LAS PUERTAS
Abre todas las puertas: la que conduce al oro,
la que lleva al poder, la que esconde el misterio
del amor, la que oculta el secreto insondable
de la felicidad, la que te da la vida
para siempre en el gozo de una visión sublime
Abre todas las puertas sin mostrarte curioso
ni prestar importancia a las manchas de sangre
que salpican los muros de las habitaciones
prohibidas, ni a las joyas que revisten los techos
ni a los labios que buscan los tuyos en la sombra,
ni a la palabra santa que acecha en los umbrales.
Desesperadamente, civilizadamente,
conteniendo la risa, secándote las lágrimas,
en el borde del mundo, al final del camino,
oyendo cómo silban las balas enemigas
alrededor y cómo cantan los ruiseñores,
no lo dudes, hermano: abre todas las puertas.
Aunque nada haya dentro.
Atlas y abanico de verano, la poesía de Luis Alberto de Cuenca es ese embrujado jardín para el viajero que, desde un apartado rincón, cada noche desembarca sin luz en una mañana.
Nieves Viesca es escritora.