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María Esther García López
Presidenta de la Asociación de Escritores de Asturias
La muerte nos sorprende en cualquier momento. No hay palabras para expresar el dolor por la partida de un amigo. Hoy la Asociación de Escritores de Asturias está de luto por un artista, pero sobre todo por un amigo entrañable, por una persona generosa y afable, como era nuestro querido Jaime Herrero. Él estuvo vinculado a la Asociación de Escritores de Asturias a lo largo de sus veinte años de andadura. Todos los años nos donaba la estatuilla “Apolo” que entregamos a los galardonados con el Premio de la Crítica y de las Letras de Asturias. Premios de los que él fue cofundador en el año 1999, nombrados en aquellas primeras ediciones como “Premios Apolo”, pues habían nacido a la luz del Café Apolo d’Uviéu. Cuando el Café Apolo cierra sus puertas, pasa a organizarlos la Asociación de Escritores de Asturias. Me gustaría incorporar de nuevo la palabra “Apolo” al título de nuestros Premios, como homenaje a nuestro querido Jaime Herrero.
Pintor, escultor, poeta, entre otras muchas cosas a las que dedicó su vida, Asturias perdió el pasado viernes a un un gran representante de nuestra cultura.
Allí donde estés Jaime, que sepas que te queremos, que te echaremos en falta, pero seguirás entre nosotros, porque formas parte de esta gran familia de escritores y poetas que es la Asociación de Escritores de Asturias (AEA) de la que eras socio de honor y lo seguirás siendo. Decirte que fue un honor poder tenerte entre nosotros. Un artista como tú, nunca muere, nos deja su obra y en ella queda impresa para siempre su impronta, su alma.
Como presidenta de la AEA, junto con este adiós, te quiero decir una vez más gracias por tu inestimable y generosa colaboración, por tu amabilidad y por honrarnos con tu presencia en nuestros actos literarios. Nos queda tu recuerdo y tu “Apolo”. Estarás en nuestros corazones, en ese lugar reservado para los amigos de verdad.
Ahora, ya eres una estrella que brilla con luz propia, como brillaste en vida. Seguramente podrás contribuir a alumbrar con tu luz la oscuridad que hoy reina en el mundo. Que el camino hacia la eternidad te sea leve, amigo. Allí nos encontraremos y hablaremos de muchas cosas y hasta recitaremos nuestros versos.
D.E.P.