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La Asociación de Escritores de Asturias entregó también sus galardones al escritor Manuel García Rubio y a los poetas Antonio Gamoneda y José Luis Argüelles
La capital asturiana es ciudad de letras. Muestra de ello han sido las rúbricas de Ramón Pérez de Ayala, Dolores Medio, Clarín o Ángel González y así lo certifican los numerosos certámenes literarios que premian el quehacer de autores asturianos, nacionales y extranjeros. El Aula Magna de la Universidad de Oviedo fue ayer escenario del último de estos reconocimientos, al acoger el acto de entrega del IX Premio de las Letras de Asturias, que recayó en Antonio Gamoneda, y los XIV Premios de la Crítica, que reconocen el trabajo del colaborador de EL COMERCIO Luis Arias Argüelles-Meres, Manuel García Rubio y José Luis Argüelles. Todos acudieron a recoger estos galardones regionales, anuales y organizados por la Asociación de Escritores de Asturias (AEA).
Hubo palabras de agradecimiento, de defensa cerrada de las letras y también de crítica ante la actual situación cultural y social. Muchas sirvieron de recuerdo para grandes nombres que estuvieron y ya no están. Todas ellas las incluyó en su discurso el IX Premio de las Letras de Asturias, Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931), por una vida «dedicada a la escritura», afirmó Armando Murias, presidente de la AEA ante de entregarle la distinción. Un reconocimiento este que, por primera vez en los nueve años de historia del galardón, fue designado por los de socios de la asociación, quienes ejercieron su derecho a voto y eligieron por mayoría absoluta el nombre de Gamoneda.
El poeta destacó el valor del premio porque supone que se haga «más conocida mi vinculación con esta tierra y contesta a los que puedan dudar de mi procedencia», explicó mostrándose también crítico con quienes «trataron de manchar» su buena relación con el también poeta ovetense Ángel González.
Junto al laureado escritor, compartió espacio el escritor, crítico, columnista y colaborador de EL COMERCIO Luis Arias Argüelles-Meres, aplaudido en la categoría de columnismo literario por la «pulcritud» de los comentarios que publica en este periódico, «en los que no falta la ironía» según el acta del jurado. «La primera obligación de todo columnista es escribir bien; y la segunda comprometerse solo con su estilo. No tiene que ser un adulador de lo que le rodea», apuntó Arias Argüelles-Meres tras recibir la estatuílla de manos del novelista Ernesto Colsa. Durante su intervención, el también profesor afirmó que cuando escribe un artículo siente lo mismo que cuando da una clase: «Trato de decir todo lo que sé de la manera más clara y mejor posible, con un respeto máximo al público lector». Aprovechó la ocasión también para realzar la importancia de la palabra, recordando como, cuando era un niño, su padre le inculcó el gusto por leer antes de irse a dormir. También del asturiano como lengua, porque «de aquí, de este mismo salón, salió lo mejor del columnismo de España».
El galardón de la crítica que premia la modalidad de prosa fue a parar a las manos de Manuel García Rubio por su novela ‘La casa en ruinas’, por la capacidad del autor por «entremezclar los géneros fantástico, el suspense o el realismo mágico». Finalmente, en la modalidad de poesía, el galardonado con el Premio de la Crítica de Asturias fue José Luis Argüelles por su libro ‘Las erosiones’. Desde ayer, estos cuatro nombres de la literatura regional tienen en su casa la escultura ‘Apolo’, creada por el artista Jaime Herrero para la ocasión.